Sus pétalos aterciopelados son más oscuros en la base y se pliegan hacia arriba.
Las yemas florales suelen surgir desde finales del otoño hasta la primavera.
Sus hojas son coriáceas, grandes y redondeadas o en forma de corazón con colores verdes por el haz y rojizos por el envés, además presentan decorativos dibujos agrisados.

Pese a tener fama de difícil, el ciclamen vive mucho tiempo si se tienen en cuenta sus necesidades: un lugar fresco (no más de 18º y no menos de -5º) y luminoso, sin sol directo, y un ambiente húmedo; no soporta la calefacción ni la sequedad que ésta que produce.

No se deben mojar las hojas ni las flores; lo mejor es suministrarle agua en el plato para que la absorba por los agujeros de drenaje del tiesto, eliminando el agua sobrante. El sustrato no debe secarse, y se debe tener en cuenta que el exceso de agua puede propiciar la podredumbre. Las flores y hojas marchitas deben eliminarse.